Con reclamo
En Mano
Media veda
Ojeo
Con hurón
Al salto
Con perros
Con reclamo
Una de las modalidades de caza que requieren una mayor destreza es la que realizan los pajareros, auténticos amantes de este arte, la caza de la perdiz con reclamo.
Dicen quienes practican este tipo de caza, que deja de ser en muchos casos una simple afición para convertirse en una especie de rito, llegando a cambiar incluso la propia naturaleza y estilo de vida del cazador. Esto es debido a que esta modalidad exige al que la practica unas aptitudes especiales, que son, ante todo, mucha paciencia y capacidad de observación.
Esta modalidad consiste en situar una perdiz macho enjaulada sobre un pulpitillo, para que ésta atraiga a otras perdices con su canto, y así el cazador, apostado en las cercanías, pueda disparar a las aves. Esto, que explicado de forma tan escueta puede resultar sencillo, en realidad requiere de una gran experiencia y conocimientos.
Primeramente el reclamo debe de ser suficientemente bueno para que, si hay congéneres suyos en las inmediaciones, éstos lleguen a oírle y acudir a su llamada. El pajarero debe de saber donde, como y cuando situar el reclamo y su puesto de espera, teniendo en cuenta que son muchos los factores influyentes que debe de tener en cuenta, como el momento del día, factores climatológicos, etc.
Hay que delimitar también la plaza, siendo ésta la zona en la que se disparará a las campesinas. Esta zona será definida de acuerdo a la geografía del terreno, la distancia hasta el aguardo o puesto, siendo la aconsejable de unos 16 ó 17 metros, y la idoneidad de la posición respecto al ángulo de tiro desde el puesto.
Finalmente es muy importante asegurar los disparos ya que podría echarse a perder el reclamo si alguna campesina lograra escapar herida de la plaza. Además, lógicamente, es importante evitar herir a nuestro reclamo situando la plaza en una zona suficientemente visible y despejada.
En mano:
La caza de la perdiz común, o perdiz roja se realiza popularmente en mano, aunque son muchas las técnicas que pueden utilizarse para su captura, como el ojeo, en salto o en gancho.
Al igual que utilizamos la caza de la perdiz para definir la caza con reclamo, también nos referimos a ella ahora, y será más fácil comprender porque esta técnica se ha convertido en una de las más tradicionales y queridas por los cazadores.
Este tipo de caza consiste en batir el terreno entre varios cazadores guardando una distancia de unos 30 a 50 metros, formando así un arco que atrapará a las perdices como si fuera una mano. Conviene imprimir un ritmo alto en el acercamiento a las perdices para conseguir que éstas, agotadas tras la huida,se pongan a tiro.
La utilización de perros de muestra es muy aconsejable en terrenos de densa vegetación, ya que la perdiz hace uso de su astucia para ocultarse sin que el cazador pueda verla. No obstante, la caza en mano en terreno llano no requiere el uso de perros , e incluso, llevarlos podría resultar negativo ya que es fácil que estos cacen excesivamente largo y levanten a las piezas muy lejos del alcance del cazador.
Lo normal es que este tipo de caza sea realizado por un número de a partir de cuatro escopetas,
pudiendo ser más en el caso de que la visibilidad del terreno sea mayor.
Existe una modalidad de este tipo de caza denominada "al encuentro" que es llevada a cabo por dos grupos de escopetas. Se trata de que un grupo le vaya dirigiendo la caza al otro. Se realiza en terrenos llanos, demasiado bastos como para ser batidos por un solo grupo.
Media veda:
Período de 15 días hábiles de caza distribuidos de forma variada según provincias. Sus fechas no son fijas aunque puede extenderse generalmente entre el 9 de Agosto y el 20 de Septiembre.
Dentro de la media veda, se autoriza la caza de seis especies únicamente:
Codorniz
Tórtola
Paloma Torcaz
Urraca
Grajilla
Corneja
Es necesario, por tanto, que el cazador conozca cuales son las diferencias visibles entre las distintas aves, sus colores, sus tamaños, forma de levantar el vuelo, etc. Ya que, como se puede observar, una especie tan conocida como la perdiz no figura en este listado de aves, estando su caza penada, tanto por la ley, como por todos los amantes de la gestión cinegética.
Ojeo:
Procedimiento específico de caza aplicable a la captura de la perdiz. La técnica consiste en localizar los bandos gracias a expertos ojeadores, que, a su vez, van cercando a las aves, dirigiéndolas hacia terreno abierto. Las perdices, por temor a mostrarse, se mantendrán en los límites de la zona densa en vegetación.
Mientras tanto, más allá de la zona despejada, se sitúan los cazadores ocultos tras pantallas artificiales, setos u otros obstáculos del terreno. Es indispensable que los tiradores mantengan un estricto silencio mientras aguardan a que los ojeadores empujen a las perdices hacia sus áreas de tiro. Cuando parece que la agrupación de aves es suficientemente grande, los ojeadores rompen el silencio y tratan de asustar a las aves para que éstas, sin otra escapatoria, inicien el vuelo hacia la planicie. Con un rápido vuelo, las perdices se dirigen entonces hacia los puestos, desde los cuales, los cazadores observan impacientemente la bandada esperando a que estén lo suficientemente cerca como para que no dispongan de tiempo para huir tras los disparos. De este modo, al disparar a las perdices de pico a una distancia no mayor de los setenta metros, el bando pierde su capacidad de maniobrar hacia los flancos y, manteniendo su vuelo, opta por enfrentarse a los cazadores para tratar de superarlos lo más rápidamente posible.
Los tiradores hacen los primeros disparos antes de que el bando cruce sus líneas. Los más rápidos y precisos lograrán alcanzar a una o dos piezas antes de que las perdices hayan pasado. Aunque aún tendremos otra ocasión de realizar algún último disparo, tirando sobre las perdices de cola, mientras éstas aumentan su velocidad volando en busca de escapatoria.
Con hurón:
El hurón es el enemigo natural del conejo. Éstos no tienen otra salida que la huida ante la presencia de uno de estos mustélidos. Animales parecidos a las comadrejas aunque de menor tamaño y de naturaleza doméstica.
La utilización de hurones para la caza está dirigida principalmente a la regulación de la densidad de las poblaciones de conejo. El origen de este tipo de caza se remonta a la época de los romanos, los cuales recurrían a la utilización de hurones para enfrentarse a las devastadoras poblaciones de conejos que asolaban los campos de las Baleares. Más tarde, la utilización del huroneo se convirtió en un derecho únicamente ligado a la nobleza.
Actualmente, el huroneo ha encontrado nuevos usos como es la captura de conejos vivos con el fin de introducir vacunas contra la enfermedad de la mixomatosis en las distintas colonias.
El sistema utilizado para la caza con hurones consiste en introducir hasta dos hurones por las bocas de las madrigueras dejando alguna salida libre, frente a la cual, oculto aunque con visibilidad suficiente, se situará el cazador para disparar sobre la pieza cuando ésta asome.
El hurón al asomarse en la madriguera percibirá si dentro hay algún ocupante, y, si es así, entrará en ella dispuesto a darle muerte. Los conejos al descubrir la presencia del hurón buscarán la salida más próxima para escapar hacia otra conejera o correr para ocultarse entre la espesura. Ese será el momento en el que se ponga a prueba la puntería y los reflejos del cazador, que sólo tendrá éxito si se mantiene en tensión durante la espera.
Al salto:
La caza de la liebre al salto consiste en la exploración del terreno en zig-zag, realizando paradas
irregulares esperando a que la pieza salte al creer verse descubierta. Es común la realización de este tipo de caza con perro, con el objeto de batir los campos con mayor sentido. En el bosque, su utilización será ventajosa, ya que la liebre es un animal experto en camuflarse, que no saltará si no se siente realmente amenazada.
Resulta fundamental la experiencia del cazador, el cual debe alejarse al animal, aunque no demasiado, esperando a que la liebre tome una carrera recta y sostenida, momento en el cual se procederá a efectuar el disparo apuntando frente a la pieza, calculando la distancia entre ambos.
Este arte comprende el lance dirigido a la búsqueda principalmente de perdices, liebres y conejos.
Con perros:
Practicada en regiones de media y alta montaña. Al empezar el día, con el terreno mojado por el rocío, un cazador lleva a los perros que deben buscar los rastros frescos que han dejado los animales durante la noche. El resto de los cazadores esperan apostados en los posibles pasos estratégicos de huida de los animales. Cuando el olfato de los perros descubre el rastro, la liebre no puede estar muy lejos. De repente, ésta saltará y desaparecerá por el cazadero perseguida por los perros. La liebre, siguiendo orillas de senderos o cursos de arroyos tratará de desembarazarse de sus perseguidores, pero si el grupo de cazadores ha elegido bien la situación de sus puestos, la liebre no tardará en aparecer buscando un buen lugar de huida.
En Mano
Media veda
Ojeo
Con hurón
Al salto
Con perros
Con reclamo
Una de las modalidades de caza que requieren una mayor destreza es la que realizan los pajareros, auténticos amantes de este arte, la caza de la perdiz con reclamo.
Dicen quienes practican este tipo de caza, que deja de ser en muchos casos una simple afición para convertirse en una especie de rito, llegando a cambiar incluso la propia naturaleza y estilo de vida del cazador. Esto es debido a que esta modalidad exige al que la practica unas aptitudes especiales, que son, ante todo, mucha paciencia y capacidad de observación.
Esta modalidad consiste en situar una perdiz macho enjaulada sobre un pulpitillo, para que ésta atraiga a otras perdices con su canto, y así el cazador, apostado en las cercanías, pueda disparar a las aves. Esto, que explicado de forma tan escueta puede resultar sencillo, en realidad requiere de una gran experiencia y conocimientos.
Primeramente el reclamo debe de ser suficientemente bueno para que, si hay congéneres suyos en las inmediaciones, éstos lleguen a oírle y acudir a su llamada. El pajarero debe de saber donde, como y cuando situar el reclamo y su puesto de espera, teniendo en cuenta que son muchos los factores influyentes que debe de tener en cuenta, como el momento del día, factores climatológicos, etc.
Hay que delimitar también la plaza, siendo ésta la zona en la que se disparará a las campesinas. Esta zona será definida de acuerdo a la geografía del terreno, la distancia hasta el aguardo o puesto, siendo la aconsejable de unos 16 ó 17 metros, y la idoneidad de la posición respecto al ángulo de tiro desde el puesto.
Finalmente es muy importante asegurar los disparos ya que podría echarse a perder el reclamo si alguna campesina lograra escapar herida de la plaza. Además, lógicamente, es importante evitar herir a nuestro reclamo situando la plaza en una zona suficientemente visible y despejada.
En mano:
La caza de la perdiz común, o perdiz roja se realiza popularmente en mano, aunque son muchas las técnicas que pueden utilizarse para su captura, como el ojeo, en salto o en gancho.
Al igual que utilizamos la caza de la perdiz para definir la caza con reclamo, también nos referimos a ella ahora, y será más fácil comprender porque esta técnica se ha convertido en una de las más tradicionales y queridas por los cazadores.
Este tipo de caza consiste en batir el terreno entre varios cazadores guardando una distancia de unos 30 a 50 metros, formando así un arco que atrapará a las perdices como si fuera una mano. Conviene imprimir un ritmo alto en el acercamiento a las perdices para conseguir que éstas, agotadas tras la huida,se pongan a tiro.
La utilización de perros de muestra es muy aconsejable en terrenos de densa vegetación, ya que la perdiz hace uso de su astucia para ocultarse sin que el cazador pueda verla. No obstante, la caza en mano en terreno llano no requiere el uso de perros , e incluso, llevarlos podría resultar negativo ya que es fácil que estos cacen excesivamente largo y levanten a las piezas muy lejos del alcance del cazador.
Lo normal es que este tipo de caza sea realizado por un número de a partir de cuatro escopetas,
pudiendo ser más en el caso de que la visibilidad del terreno sea mayor.
Existe una modalidad de este tipo de caza denominada "al encuentro" que es llevada a cabo por dos grupos de escopetas. Se trata de que un grupo le vaya dirigiendo la caza al otro. Se realiza en terrenos llanos, demasiado bastos como para ser batidos por un solo grupo.
Media veda:
Período de 15 días hábiles de caza distribuidos de forma variada según provincias. Sus fechas no son fijas aunque puede extenderse generalmente entre el 9 de Agosto y el 20 de Septiembre.
Dentro de la media veda, se autoriza la caza de seis especies únicamente:
Codorniz
Tórtola
Paloma Torcaz
Urraca
Grajilla
Corneja
Es necesario, por tanto, que el cazador conozca cuales son las diferencias visibles entre las distintas aves, sus colores, sus tamaños, forma de levantar el vuelo, etc. Ya que, como se puede observar, una especie tan conocida como la perdiz no figura en este listado de aves, estando su caza penada, tanto por la ley, como por todos los amantes de la gestión cinegética.
Ojeo:
Procedimiento específico de caza aplicable a la captura de la perdiz. La técnica consiste en localizar los bandos gracias a expertos ojeadores, que, a su vez, van cercando a las aves, dirigiéndolas hacia terreno abierto. Las perdices, por temor a mostrarse, se mantendrán en los límites de la zona densa en vegetación.
Mientras tanto, más allá de la zona despejada, se sitúan los cazadores ocultos tras pantallas artificiales, setos u otros obstáculos del terreno. Es indispensable que los tiradores mantengan un estricto silencio mientras aguardan a que los ojeadores empujen a las perdices hacia sus áreas de tiro. Cuando parece que la agrupación de aves es suficientemente grande, los ojeadores rompen el silencio y tratan de asustar a las aves para que éstas, sin otra escapatoria, inicien el vuelo hacia la planicie. Con un rápido vuelo, las perdices se dirigen entonces hacia los puestos, desde los cuales, los cazadores observan impacientemente la bandada esperando a que estén lo suficientemente cerca como para que no dispongan de tiempo para huir tras los disparos. De este modo, al disparar a las perdices de pico a una distancia no mayor de los setenta metros, el bando pierde su capacidad de maniobrar hacia los flancos y, manteniendo su vuelo, opta por enfrentarse a los cazadores para tratar de superarlos lo más rápidamente posible.
Los tiradores hacen los primeros disparos antes de que el bando cruce sus líneas. Los más rápidos y precisos lograrán alcanzar a una o dos piezas antes de que las perdices hayan pasado. Aunque aún tendremos otra ocasión de realizar algún último disparo, tirando sobre las perdices de cola, mientras éstas aumentan su velocidad volando en busca de escapatoria.
Con hurón:
El hurón es el enemigo natural del conejo. Éstos no tienen otra salida que la huida ante la presencia de uno de estos mustélidos. Animales parecidos a las comadrejas aunque de menor tamaño y de naturaleza doméstica.
La utilización de hurones para la caza está dirigida principalmente a la regulación de la densidad de las poblaciones de conejo. El origen de este tipo de caza se remonta a la época de los romanos, los cuales recurrían a la utilización de hurones para enfrentarse a las devastadoras poblaciones de conejos que asolaban los campos de las Baleares. Más tarde, la utilización del huroneo se convirtió en un derecho únicamente ligado a la nobleza.
Actualmente, el huroneo ha encontrado nuevos usos como es la captura de conejos vivos con el fin de introducir vacunas contra la enfermedad de la mixomatosis en las distintas colonias.
El sistema utilizado para la caza con hurones consiste en introducir hasta dos hurones por las bocas de las madrigueras dejando alguna salida libre, frente a la cual, oculto aunque con visibilidad suficiente, se situará el cazador para disparar sobre la pieza cuando ésta asome.
El hurón al asomarse en la madriguera percibirá si dentro hay algún ocupante, y, si es así, entrará en ella dispuesto a darle muerte. Los conejos al descubrir la presencia del hurón buscarán la salida más próxima para escapar hacia otra conejera o correr para ocultarse entre la espesura. Ese será el momento en el que se ponga a prueba la puntería y los reflejos del cazador, que sólo tendrá éxito si se mantiene en tensión durante la espera.
Al salto:
La caza de la liebre al salto consiste en la exploración del terreno en zig-zag, realizando paradas
irregulares esperando a que la pieza salte al creer verse descubierta. Es común la realización de este tipo de caza con perro, con el objeto de batir los campos con mayor sentido. En el bosque, su utilización será ventajosa, ya que la liebre es un animal experto en camuflarse, que no saltará si no se siente realmente amenazada.
Resulta fundamental la experiencia del cazador, el cual debe alejarse al animal, aunque no demasiado, esperando a que la liebre tome una carrera recta y sostenida, momento en el cual se procederá a efectuar el disparo apuntando frente a la pieza, calculando la distancia entre ambos.
Este arte comprende el lance dirigido a la búsqueda principalmente de perdices, liebres y conejos.
Con perros:
Practicada en regiones de media y alta montaña. Al empezar el día, con el terreno mojado por el rocío, un cazador lleva a los perros que deben buscar los rastros frescos que han dejado los animales durante la noche. El resto de los cazadores esperan apostados en los posibles pasos estratégicos de huida de los animales. Cuando el olfato de los perros descubre el rastro, la liebre no puede estar muy lejos. De repente, ésta saltará y desaparecerá por el cazadero perseguida por los perros. La liebre, siguiendo orillas de senderos o cursos de arroyos tratará de desembarazarse de sus perseguidores, pero si el grupo de cazadores ha elegido bien la situación de sus puestos, la liebre no tardará en aparecer buscando un buen lugar de huida.
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